de: TRINITOTOLUENO


Aunque sus primeros orígenes se remontan a la Ley de Pobres británica de 1601, el Estado de Bienestar en su versión actual se consolidó en la Europa de posguerra, en plena reconstrucción, con grandes movimientos obreros activados y con la paranoia del avance comunista como acicate permanente. A lo largo de los años ha ido adquiriendo todo tipo de formas, desde los modelos anglosajones hasta los mucho más protectores esquemas continentales, pero sobrevive como una mezcla especialmente virtuosa de democracia, capitalismo y bienestar social, según la clásica definición de T. H. Marshall.
El Estado de Bienestar fue pensado para sociedades completamente diferentes de las actuales: nacionales, industriales y en las que la lucha de clases podía morigerarse mediante el pleno empleo (es más: el pleno empleo masculino). Con el tiempo, sin embargo, los Estados de Bienestar europeos fueron cambiando. Con más éxito en algunos casos (Alemania) y más dificultades en otros (Gran Bretaña), lograron adaptarse a las nuevas condiciones posindustriales de globalización, hipercompetitividad y formidables avances tecnológicos.
Para ello fue necesario readecuar las instituciones sociales a economías que –según Jeremy Rifkin en su bestseller El fin del trabajo (Paidós)– destruyen más trabajos que los que crean. Y aunque la tesis de Rifkin tal vez sea un poco exagerada, parece innegable que el trabajo se ha transformado en algo muy diferente de lo que era: de puestos protegidos por tiempo indeterminado a actividades crecientemente transitorias e informales.
Los paradigmas empresariales de cada época lo demuestran fácilmente: así como en la posguerra el modelo era la Ford, que pagaba salarios por encima del promedio y ofrecía excelentes beneficios de salud y retiro, y si en los ’80 y ’90 el ejemplo fue Microsoft (tecnología, condiciones de trabajo informales –nada de corbatas– y el liderazgo carismático de un yuppie–nerd), en la actualidad el modelo es el empleo basura de Wal Mart (compañía que en Estados Unidos paga salarios de 19 mil dólares al año, apenas por arriba de la línea de pobreza), el telemarketing (quizás el empleo más estresante de los tiempos modernos) y los motociclistas.
En cualquier caso, los Estados de Bienestar europeos han hecho esfuerzos por adaptarse a las nuevas condiciones económicas: seguros de desempleo más largos, edades de retiro más tempranas, estímulos al cuentapropismo. En general, el objetivo consiste en dejar de lado el modelo bismarckiano de prestaciones atadas al trabajo para comenzar a concebir los servicios como un derecho social, lo que hace que en los países europeos más avanzados cualquier persona tenga garantizada educación, salud, jubilación y un ingreso mínimo (salvo que sea inmigrante).
Incompleto y segmentado
Por una larga serie de motivos, en América latina los Estados de Bienestar se construyeron tardíamente y en forma lenta y parcial, configurando esquemas socialmente segmentados y con diferencias en cuanto a sus prestadores (público y privado), defectos que a menudo van juntos, lo que ha llevado a estudiosos como José Antonio Ocampo a definirlos como “Estados de Bienestar incompletos” (Reconstruir el futuro. Globalización y desarrollo en América Latina, Norma).
En este marco, sólo tres países avanzaron de manera más resuelta. El primero es Uruguay, que con el impulso de José Batlle y Ordóñez y bajo el slogan “El Estado como escudo de los débiles” construyó, a comienzos del siglo XX, el modelo más logrado de la región, con jornada de trabajo de 48 horas, día obligatorio de descanso, derecho a la educación universal y una extendida red de salud pública. El segundo es Costa Rica, donde una temprana reforma agraria permitió una distribución más igualitaria de la tierra en una economía cafetalera y bananera que, luego de la Revolución del ’48, fortaleció al Estado y transformó al modelo agrario en uno de servicios. El tercero es Argentina, donde las luchas obrero-inmigrantes de principio de siglo pasado y el primer peronismo permitieron erigir un Estado de Bienestar muy extendido y sólido, cuya memoria sigue explicando buena parte de nuestra política.
Lo curioso es que Uruguay y Costa Rica, aunque desde luego no quedaron afuera de la ola de reformas de los ’90, lograron conservar buena parte de las instituciones de bienestar durante el auge neoliberal. En el primer caso, fue la voluntad popular la que descartó las privatizaciones a través de un rechazo masivo en el plebiscito de 1992. En el segundo, la resistencia de la amplia clase media costarricense permitió frenar los cambios más radicales y mantener los avances en salud y educación (Costa Rica es el único país de la región que estableció ¡en su Constitución! la obligación de destinar al menos el 6 por ciento del gasto público a educación). En Argentina, en cambio, las reformas neoliberales se aplicaron a una velocidad sólo comparable a la de algunos países de Europa del Este, y alcanzaron una profundidad solo equiparable a la de Perú, por lo que el Estado de Bienestar quedó reducido a retazos desarticulados de lo que había sido en el pasado.
En México las cosas venían bien en la época Cardenista con grandes obras de electrificación repatriación de nuestros recursos naturales, una extensiva educación y cobertura social lo que se llamo hasta la década de los 60 tas como el Milagro mexicano, mediante una política Keinesiana. Al mismo tiempo que se daban estos avances en EU se pretendía una mejor manera de explotación de manera subrepticia mediante la necesidades de créditos para construir grandes obras y la necesaria adquisición de créditos a los países ricos principalmente EU fue cuando se consolida una mafia que controla la emisión de moneda mediante una corporación privada. Esos créditos se pedían en condiciones que eran impuestas por el gran capital, ellos tenias el abuso las tasas de interés sin que países como México pudieran hacer nada. Llegan los gobiernos neoliberales con gobiernos como de la Madrid que se formaron aunque sea a través de cursos en EU. Traen el supuesto modernismo que nos llevara al primer mundo mediante el remate de todas las empresas del estado que nos habían dado el bienestar del cual muchos mexicanos nos sentíamos orgullosos, pregúntenle a un trabajador de esa época si quería irse a EU de indocumentado? Se en 1988 se rompe el partido único que según decían hasta en las películas mexicanas venia de los postulados de la revolución mexicana se fractura esa unidad política y se dividen en dos modelos diferentes a seguir, los que están por la entrega de los recursos naturales y empresas del estado y los que pensamos que eso era una trampa mas del gran capital de EU comprando un grupo de tecnócratas que están hasta nuestros días haciendo un daño terrible a todo el pueblo de México. Violentando las libertades sindicales, acabando con contratos colectivos, disminuyendo presupuestos en educación y salud, Gobiernos que salen millonarios como Fox cuando no tenían para sostenerse antes de llegar a ser candidatos y ahora amasan fortunas que son un insulto a la situación de pobreza en la que se encuentran casi 80 millones de mexicanos. Estamos en la disyuntiva de parar este tipo de avasallamiento que nos han arrastrado por décadas perdidas, por ambiciones personales y grupales descaradas como el no pagar impuestos en haras de esa supuesta modernidad. Enfrentemos esta situación con valentía y conciencia, no haciendo caso a unos medios de comunicación que son cómplices de estos saqueos que menciono. Veamos a nuestro compañero de trabajo como nuestro hermano que la injusticia que se le cometa a él después vendrá con mayor sana contra nosotros, así mismo a una escala mayor con otros compañeros trabajadores que se les quiten sus derechos sindicales sin tener la razón jurídica como paso con los de Luz y fuerza del centro. No esperes que te dejen sin trabajo para ahora si reflexionar como está pasando con las últimas movilizaciones multitudinarias. Quita ese nacionalismo barato que te quieren inculcar en la televisión gritando los goles de la selección de futbol cuando los dueños de el balón son parte de los grupos mafiosos que no pagan impuestos, que se sienten los dueños de nuestro país que te miran con desprecio porque se ufanan que te pueden controlar por medio de la caja idiota y demás pseudoanalistas que distorsionan tu realidad.
LEVANTEMONOS DE NUESTRO LETARGO EMBRUTECEDOR, ORGANICEMOS GRUPOS DE ORIENTACIÓN Y DE INFORMACIÓN PARA ACABAR CON ESAS MENTIRAS CADA VEZ MAS DESCARADAS QUE NOS QUIEREN VENDER. EXIJAMOS LA RENUNCIA Y JUICIO POLITICO CONTRA EL USURPADOR DE LA PRESIDENCIA QUE OCUPA UN LUGAR QUE NO LE CORRESPONDE Y SI UNA CELDA CARCELARIA POR SUS MULTIPLES FECHORIAS COMETIDAS AL IGUAL QUE TODO ESE GRUPO QUE DIJO QUE IBA A CREAR EMPLEOS QUE NO CREA, Y QUE REMATAN CON AMBICIONES CADA VEZ MAS LAPIDARIAS.
RENUNCIA PELELE, RENUNCIA, CADA VEZ MAS MEXICANOS LLEGAMOS A ESA CONCLUSION. NO TIENES LA CAPACIDAD PARA OCUPAR ESE PUESTO.

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