Ante tales hechos Galván protesto porque consideraba que rompían todo intento de consolidar la unidad y resolver pacíficamente el conflicto; Pérez Ríos, por su lado, recordaba a los trabajadores los beneficios obtenidos en la reciente contratación pero inflando las conquistas, esto es; agregando prestaciones obtenidas en otros contratos.
Poco a poco los trabajadores fueron volviendo al trabajo con excepción de unos 550; pero todos seguían apoyando a su comité, por lo cual Pérez ríos seguía negándose a celebrar la asamblea. Sin embargo, los 550 sostienen la huelga y realizan diversas movilizaciones, algunas veces con la participación de trabajadores del SME. Estas acciones no logran disminuir el perjuicio que les causa la reapertura de la fuente de trabajo; así, el 26 de septiembre la huelga termina, con la reinstalación de los trabajadores que habían sido despedidos, a excepción de sus dirigentes. La huelga en General Electric resultaba sintomática
El presidente Echeverría dispuso una investigación del conflicto y Muños Ledo ordeno al director del trabajo ordeno que resolviera de inmediato el problema. Aparentemente la investigación se realizo, pero la solución nunca llego. En septiembre, Pérez Ríos informo que solo podía ayudar a 190 trabajadores, lo cual no significaba su reinstalación, sino un trabajo en otro sitio lo que fue rechazado por los interesados puesto que eso implicaba el abandono de los eventuales que habían luchado en igualdad de circunstancias.
Así pues, las relaciones de Galván con la dirección oficialista del sindicato siguieron enfriándose, máxime que para entonces las intenciones de Pérez Ríos de apoderarse por completo de SUTERM eran evidentes. CONTINUARA CON LA TENDENCIA DEMOCRATICA…
1 comentarios:
Amador Robles Santibáñez ejerció algún puesto público?
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