LA TEORIA DEL ESTADO Y LOS ELECTRICISTAS (CONTINUACIÓN) capitulo 7


La actitud de los rebeldes no era intransigente: estaban dispuestos a llegar a un arreglo inmediato y para ello solicitaron al comité nacional la realización de una asamblea conjunta para la regularización de la situación; pero la burocracia del SUTERM no estaba siquiera dispuestos a escucharlos y comenzó a apoyar a un grupo minoritario que era partidario de regresar al trabajo sin condición alguna; fue en este grupo exclusivamente la que se le otorgo ayuda no obstante que esta provenía del fondo de resistencia de todos los trabajadores. Estos antecedentes hicieron que surgiera un grupo que pretendía separarse de ese sindicato en la tendencia independentista, a lo cual se opusieron tanto Galván como los nuevos dirigentes de la sección.
El SUTERM y la General Electric fueron citados por el gobernador del estado de México quien quería resolver personalmente el problema, pero nadie asistió. Lograron en cambio que se usara la fuerza pública contra los huelguistas, oficialmente un grupo de unos 500 o 600 trabajadores empleados se habían presentado a las puertas de la fabrica y habían roto las banderas de huelga sin que interviniera la policía, sin embargo; los trabajadores culparon del asalto a los golpeadores profesionales del senador Pérez Ríos comandado por Amador Robles Santibáñez, seguidos por empleados de confianza y esquiroles al mando del vicepresidente de la empresa y todos apoyados por las fuerzas públicas del Estado de México.
Ante tales hechos Galván protesto porque consideraba que rompían todo intento de consolidar la unidad y resolver pacíficamente el conflicto; Pérez Ríos, por su lado, recordaba a los trabajadores los beneficios obtenidos en la reciente contratación pero inflando las conquistas, esto es; agregando prestaciones obtenidas en otros contratos.
Poco a poco los trabajadores fueron volviendo al trabajo con excepción de unos 550; pero todos seguían apoyando a su comité, por lo cual Pérez ríos seguía negándose a celebrar la asamblea. Sin embargo, los 550 sostienen la huelga y realizan diversas movilizaciones, algunas veces con la participación de trabajadores del SME. Estas acciones no logran disminuir el perjuicio que les causa la reapertura de la fuente de trabajo; así, el 26 de septiembre la huelga termina, con la reinstalación de los trabajadores que habían sido despedidos, a excepción de sus dirigentes. La huelga en General Electric resultaba sintomática
El presidente Echeverría dispuso una investigación del conflicto y Muños Ledo ordeno al director del trabajo ordeno que resolviera de inmediato el problema. Aparentemente la investigación se realizo, pero la solución nunca llego. En septiembre, Pérez Ríos informo que solo podía ayudar a 190 trabajadores, lo cual no significaba su reinstalación, sino un trabajo en otro sitio lo que fue rechazado por los interesados puesto que eso implicaba el abandono de los eventuales que habían luchado en igualdad de circunstancias.
Así pues, las relaciones de Galván con la dirección oficialista del sindicato siguieron enfriándose, máxime que para entonces las intenciones de Pérez Ríos de apoderarse por completo de SUTERM eran evidentes. CONTINUARA CON LA TENDENCIA DEMOCRATICA…

1 comentarios:

Raticida en la Sopa dijo...

Amador Robles Santibáñez ejerció algún puesto público?