Como lo anuncié al terminar los últimos minutos del 6 de Diciembre del corriente, decidí separarme voluntariamente al proyecto denominado SDP debido a profundas diferencias con la línea editorial y de opinión que vienen manejando de unos meses a la fecha.
Teniendo siempre presente que estas diferencias eran insalvables por el énfasis editorial hacia lo escandaloso, la carencia de análisis, pero sobre todo, con tendencia hacia el centro; fue posible que esta renuncia no haya sido para nada complicada ni, mucho menos, entrañable pues cuando el Sendero del Peje dejó de existir también, de forma gradual, fueron desapareciendo sus bases de credibilidad que lo hicieron un medio fiel a la causa obradorista.
Los bandazos de ideas y actitudes reaccionarias, resultado de una ausencia absoluta de algo parecido a un código de ética, me hicieron imposible congeniar con su postura acomodaticia que se tradujo a una línea editorial. Posturas que más que informar y formar opinión sólo confunden por su laxitud con el servicio a la sociedad que implica la objetividad informativa.Es posible que la censura (palabra que es parte del slogan del proyecto) ni siquiera aplique a su realidad actual pues de aquella virtud contestataria que ameritaba el silencio del poder no queda más que una cáscara que encierra un enorme vacio con una rendija en su parte superior.
Es válido, y sobre todo necesario, el ímpetu comercial en estos tiempos aciagos en los que la constante es la miseria (moral y económica) que invade todo sentido de solidaridad y respeto por las causas sociales cuyos participantes invierten tiempo valioso en el empeño de cambiar la realidad. Empero es menester delimitar la frontera entre el espíritu empresarial y la franca sumisión al apetitoso erario que emana desde sectores de la izquierda institucional y las arcas de las gobernaturas presididas de carniceros represores.¿Hasta dónde es posible estirar la vergüenza cuando el indefendible acto de sumisión como el de Dante Delgado al Teletón quien a su vez es blindado contra toda crítica, previa y póstuma, con un muro de silencio cómplice que nos recuerda la máxima salinista: “Ni los veo, ni los oigo”.?¿Quién querría censurar a estos inexistentes encabezados cuando la afiliada tijera yace encima de la misma mesa que aprueba lo que es o no de “izquierda”?
Así, no hace falta que Gobernación interceda para limitar las libertades de opinión, basta que esa izquierda moderada neo-priísta se incomode ante los señalamientos y llamados a la congruencia para que afile la güadaña y corte de tajo la molestia que osa cuestionar su purismo y absolutas verdades.
Por lo anterior es entonces comprensible que el compañero con Nombre de Pluma Renegado Legítimo haya sido despedido de SDP de la misma forma que lo fueron (salvando toda proporción) los trabajadores de LyFC pues, en ambos casos, cuando menos lo esperaban, ya estaban despedidos sin un aviso previo que demanda la cortesía y decencía mínima. Muchas quejas, quizás demasiadas, hemos escuchado del Sr Arreola narrando su despido de Milenio diario pero hasta en su caso sus detractores se tomaron la molestia de notificarle. Él consideró que no hacerlo con uno de los compañeros, Renegado Legítimo en este caso, quizás no valía la pena.
Queda claro que el respeto básico entre personas es intocado por mis observaciones de las prácticas incongruentes de SDP; si bien ese respeto lo sostengo quisiera puntualizar que este deja de existir cuando ellos se ostentan como izquierdas o, yendo más allá, como Obradoristas. Pero de eso el tiempo es quien juzgará y los adherentes al proyecto obradorista, no seré yo quien presuma tener razón ni quiero tenerla; al final mis convicciones dictan mi camino.
Así que, el proyecto construído por años y mucho sacrificio de muchas personas finalmente es lo que es hoy. Que sirva para sus nuevos propósitos es algo que les deseo pero que no ayudaré a fomentar, quizás seamos amigos o conocidos, pero compañeros ya no más.
Hay mucho trabajo a ras de suelo, muchos proyectos personales que quizás algunos de ustedes ya concen que retoman el aspecto ciudadano e incluyente en el que basa el periodismo ciudadano, independiente, sin patrocinio, sin mecenas. No importa 2012 ni las pretensiones de los que ya buscan cómo enriquecer su “activismo” con el erario; hoy los problemas que empantanan al país en su senda hacia un futuro interminable son el obstáculo que hay que salvar.
Finalmente, y acá entre nos, se siente más mejor seguir siendo la contra que la comparsa complaciente.
Salud.
Morfo
1 comentarios:
Ja!, saludos.
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